Desde ese día, creo aún. No poder conseguir esos sueños profundos de los que ya me caracterizaban. Mi mamá no podía despertarme fácilmente. Eso era antes. Muy antes de lo ocurrido. Tenía la sensación de culpa, de no haber ido a comprar antes, de no poder descubrirlo 15 minutos de antemano. Mi mente estaba exausta de pensar lo "no" sucedido. Quizá sea por que no quería bajar a la realidad. Chiquito había muerto. Dejó dos hijos y 5 nietos. Una esposa trabajadora y dulce como los caramelitos que compraba en su negocio.Creo que el aspecto "firme y frío" que yo, había adoptado en su velatorio asustó a la gente que estaba velando aquel cuerpo tendido ahí, sin vida. Totalmente maquillado, y vestido por pompones de alghodón al rededor de su palido cuello, tratando de ocultar las marcas que había dejado esa acompañante de suicidio. Un soga venenosa. Muy cruel y despiadada.. que llevó a Chiquito a cometer semejante hecho.
Seguía dura, era la postura que había elegido para permanecer alli. Los abrazos cálidos y los consuelos que recibía no eran necesarios. Marta, me observaba desde el otro lado del salón. Con esas miradas de comprención.. con esas miradas de lástima tan significativas.
Escuché muchos comentarios..
-" Esa chica tiene que hacer tratamiento de por vida.."
-" Como los padres la van a traer después de lo que le pasó.."
-" Pobrecita, es tan chiquita, tan débil.."
No me afectaba en absoluto. Poseía fé en mí misma. Yo sabía que concevía la fuerzas necesarias para salir adelante. Sólo por momentos, recaía en profunda tristeza. Luego se me pasaba.
Gracias a los caramelos que me regalaba Chiquito tuve muchas caries. Y las recuerdo una por una con una fuerte sonrisa. También recuerdo que por su extrema sencibilidad en la piel, no usaba desodorante.
" Para que usar desodorante? Hay que bañarse y no ser sucio! Yo me puedo bañar hasta 4 veces al día o más."
Te llevó en el corazón, todabía me averguenza pedir desodorante en los negocios, me aterra la idea de que alguien repita tu misma frase-